"SEÑOR JESUCRISTO HIJO DE DIOS, TEN PIEDAD DE MÍ PECADOR".
¿Qué es la Oración de Jesús?
Ve esta breve explicación
P. Evaristo Sada
LC
Particularmente estimada es la llamada oración de Jesús, divulgada también en Occidente por el texto conocido como «Los relatos de un peregrino ruso». Se trata de la invocación «Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de mí pecador». Repetida frecuentemente, con estas palabras u otras parecidas, esa densa invocación se convierte en una especie de respiración del alma.
San Juan Pablo II
Ángelus 3/11/1996
Esta invocación de fe bien sencilla [...]
“Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de nosotros, pecadores”
Conjuga el himno cristológico de Flp 2, 6-11 con la petición del publicano y del mendigo ciego (cf Lc 18,13; Mc 10, 46-52). Mediante ella, el corazón está acorde con la miseria de los hombres y con la misericordia de su Salvador.
Catecismo de la
Iglesia Católica 2667
También es conocida como "oración del Santo Nombre", "oración del corazón".
Y NO es una "técnica" ni un mantra.
Es, como toda oración, una disposición humilde y cariñosa del corazón para entrar en contacto con Dios.
Es una de las formas más sencillas y completas de la oración vocal, que puede conducir y preparar el alma y la mente a la oración meditativa y contemplativa. No suplanta al Santo Rosario. Solo es una oración letánica más versátil, porque se puede repetir libremente unas cuantas veces o incluso por horas.
La oración de Jesús es una antigua tradición cristiana surgida cerca del año 300 d.C. y el sacramental que lo acompaña es el cordón de oración o Chotki, que surgió cerca del año 320 d.C. por San Pacomio. El color negro es tradicional en Chotki, ya que nos transporta al "Memento mori" una frase latina que significa "recuerda que vas a morir".
En el centro de la oración y lo que se recomienda repetir con más devoción es el Santo Nombre de "Jesús".
Es la oración más simple, contenida en una sola palabra, y así fue como la Virgen miles de veces llamó a su Hijo, por su nombre: "Jesús".
Esta tradición comenzó y se popularizó en las iglesias orientales cerca del año 300 d.C., en ese entonces, todas en plena comunión con el Papa. Hoy en día muchos cristianos de oriente repiten continuamente esta oración, entre ellos muchos participan en iglesias orientales en comunión con el papa.